Poco tiempo tengo hoy en día para recordarte. Para recostarme y pensar, no en tu ausencia, si no en tu recuerdo. Poco tiempo de permanecer en el silencio del ánima y envolver mi espíritu con quién fuiste. Poco tiempo. Te cuento, llego del trabajo que ocupa mi tiempo y ya el cansancio me reclama un par más de horas de sueño, y es difícil hacerlos esperar a ambos. Y a veces te dejo para mañana. Muchas veces.
Pero aunque no tenga tiempo, o tenga poco, hay días, como hoy; que puedo callar las ocupaciones y detenerme en vos. Hoy fué sin querer.
Aproveché la tarde de domingo para tomarme unos mates y leer un libro pendiente, tratando de inspirarme para escribir algo masomenos bueno, y de pronto oí el inconfundible ruido que te precedió muchas tardes. El del motor de tu Wolswagen Polo que me estremeció. Claro que era otro Polo que por casualidad se detuvo en la vereda, pero mi memoria auditiva es mucha, y en seguida mi alma contuvo su latir.
Y te trajo. Como tantas otras veces. Y pude perderme en el pensamiento. En el recuerdo.
Imaginé que en pocos segundos harías sonar el timbre con tu impronta característica, con el "pa parapa - pa pá" de Carlitos Balá. Entrarías, saludarías con lo grave y fuerte de tu voz, preguntarías por mamá, yendo a su pieza. Le prenderías la luz, haciéndote, con ésto, retar por ella. Echarías a los perros después de saludarlos, que aunque los querías, decías que no pueden estar adentro. Les repartirías lo que te quedó de comida de este mediodía y te pondrías a hacer cosas en la casa, como siempre desde que la jubilación de mierda te cortó la posibilidad de sentirte útil.
Tantas cosas que pensé. Tantas lugares en donde descubro que no estás.
Y pude recordarte. Gracias a Dios pude dedicarte un par de lágrimas más esta tarde. Para no matarte con mi olvido, aunque me haga llorar. Como mamá, que no le gusta hacer de las sopas crema ésas instantáneas porque dice que le hacen acordar de vos. Y yo pienso que es bueno que lo haga, que te recuerde, pero quizá es porque mi corazón es más fuerte que el suyo para bancar el sufrimiento, o porque para ella fuiste el padre de sus hijos, el gran amor de su vida, aunque la relación no fué la que ambos hubieran querido. Quizá está bien, porque a ella le duele más.
Y doy gracias cada vez que puedo revivirte en mi mente y en mi corazón, y sentirte tan, tan cerca de mí, como hoy, estacionando tu auto sobre la vereda. Cada vez que existe ese minuto que me llena de nostalgia. Ese minuto que no me doy cuenta cuánta falta me hace hasta que aparece. Ese instante de sosiego que detiene el torrente de las obligaciones, de las responsabilidades. Ese momento que llega cuando menos lo espero. Pero llega para armar un poco mejor, cubrir con más hojas descifradas éste árbol genealógico que tengo, para reconocer en mí cosas que me hayas legado vos.
Por la mañana, bien temprano cuando en mi somnolencia mi voz suena fuerte y grave en el silencio y se oye igual, igual que la tuya. Otras, en que la alergia me atrapa y mi esturnudo retumba parecido a aquél con el que vos hacías estremecer las paredes de casa. También, cuando a veces te descubro en mi seriedad, que era la tuya. En mi opción cotidiana por el silencio. En la preferencia de no hablar mucho, si no lo justo. Hasta el ruido que hacen mis llaves, ruido que siempre acompañó tu andar.
Estás. Estás aqui viejo querido todavía. Perdonáme si a veces no tengo tiempo de recordarte, pero voy hacer lo posible por no desvanecer tu existencia con mi olvido. Con esta negligencia que apunta mi vida en torno a las cosas "que hay que hacer" y deja para después obligaciones mayores: juntarse a hablar de nada con un amigo que no vemos hace tiempo, cebarle unos mates a la vieja, pisar descalzo el pasto verde, detenernos en la luz de las estrellas que ofrecen cada noche un espectáculo incandescente, pero casi nadie asiste a su función. Tiempo para sonreír y reír. Retomar actitudes de niño y retrasar un poco el destino de volvernos hombres ocupados. Tiempo. Tiempo para escribirle unas líneas al tata que se fué, dejando ese huequito que nunca, nunca, podremos llenar.
2 comentarios:
me gusto muchisimo ^^, es lindo que recuerdes a tu papá.
TU PAPÁ SIGUE VIVIENDO EN LA PROLONGACIÓN DE SU VIDA QUE SON USTEDES SUS HIJOS, ADEMÁS DE EN LOS RECUERDOS Y EL CORAZÓN, SEGUÍ SIENDO FIERTE COMO A ÉL LE GUSTARÍA....
Publicar un comentario