domingo, 5 de diciembre de 2010

Venganza.

 Yo sé que por lo bajo se ríe.

 Que está al tanto de mi estado orgánico cuando me manda a las 9 de la mañana a buscarle tierra para las plantas bajo el sol calcinante de domingo.

 Que sabe en qué condiciones llego a las 6 de la madrugada y me pide que antes de acostarme le saque el perrito y le cuelgue la ropa del lavarropas por favor. Ah, porque por menos ruido que haga, yo sé bien que estará despierta, esperando. Aguardando sigilosa, mientras con una sonrisa siniestra en la cara, se frota las manos.

 Conozco que no es casualidad que si yo salí un viernes a la noche, el sábado bien temprano a la mañana le vengan ganas de lavar ollas o escuchar Pimpinela a todo volumen. Son esos momentos en que odio la tecnología soundround y sus malditos refuerzos de graves.

 Sólo los dias posteriores a los que salgo son cuando olvida las cosas que debo comprar, y tengo que volver a salir una y otra vez a buscar un caldito de verduras, 0,25 de perejil. Aprovecho para conseguirme un alikal, o un par de buscapinas mientras pienso en lo extraño que es amar tanto a quien me tortura de esta manera.

 Es una batalla silenciosa, en la quejarme sería perderla inmediatamente. Los dos sabemos que estoy con resaca y sueño, pero debo callar si no quiero lapidarme con el jaque mate del discurso de que "si el señor no tiene sueño para salir, tampoco para cumplir con sus obligaciones y etc, etc, etc."

  Y hasta casi puedo oír su risita maliciosa cuando me pasa el mate calentito y me mira fijo esperando que me lo tome y no diga ni mu de que me duele la panza, por más que ella sepa bien que es así.

 Una vez más y por más que cueste, pongo mi mejor cara y lo tomo. Y en el transitar de ese brebaje cebado que va derecho a quemar mi maltrecho hígado, cierro los ojos dolorido y sólo puedo pensar que ya será tiempo de tomar venganza con mis propios hijos el día que los tenga, y yo también haga de cuenta que no tengo la menor idea de que se mueren por volver a la cama.

 Vuelvo en mí y nos miramos.

 "Calavera no chilla," pensará ella.

 Efectivamente, "calavera no chilla," pienso también yo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

"EL CALAVERA NO CHILLA Y EL QUE QUIERE CELESTE QUE LE CUESTE" JI,JI.ADEMÁS DESPUÉS DE UNA NOCHE DE JUERGA, LA VIDA CONTINÚA......NO ES NADA HECHO A PROPÓSITO, SINO QUE AL SEÑOR LE CUESTA MÁS PORQUE ESTÁ EN DEPLORABLE ESTADO FÍSICO, NADA MÁS QUE POR ESO. BESITOS.

Anónimo dijo...

Hola chatarrin, el circulo vicioso no termina, no te dejes enganchar, sali vos que te das cuenta. Es dificil abandonar el ser amado, pero tu salud mental esta en juego. Vos vales mas, vos podes, no te dejes chantajear.

Sil dijo...

jajajjaja muy bella XD, y bue mamá siempre tiene razón jajajaj que chistoso. saludos