jueves, 24 de marzo de 2011

Del lado equivocado.

 "Un día soleado. Afuera, un grupo muy grande está cantando y bailando al compás de la murga. Ellos quieren disfrutar el día porque pronto, dicen, llegará  el atardecer a terminar la diversión. Para ellos el único sol que ilumina es el que está sobre sus cabezas en este momento. Y si quizá, con mucha suerte, llegue otra mañana, también será vivida como la última. No plantarán semillas en la tierra pensando que su fruto los pueda alimentar en el futuro. Sólo quieren recuerdos de la fiesta que transcurre mientras el clima los templa.

 "Sólo quieren cantar. Sólo quieren bailar. Dicen que quieren vivir, sentir y festejar. Y la verdad, parecen hacerlo bien. El ruido de su fiesta entra por la ventana y quienes están conmigo adentro se distraen de su tarea, y meditan por momentos si estarán en el lugar correcto de la ventana. Algunos, al pasar los días, no resisten y deciden, súbitamente, unírseles.

 "Yo, aunque tengo muchos papeles sobre la mesa y me preocupa no terminarlos, tampoco puedo evitar escucharlos. Su risa se oye tan natural. Su felicidad aparenta ser genuina. Me atrevo a pensar que ellos están del lado correcto y que quizá es verdad que aquél mañana es algo insignificante como para sacrificar este hoy.

 "Quizá es cierto lo que ellos dicen; que soy un simple esclavo del sistema y que las experiencias que ellos viven enseñan mucho más de lo que mis libros, aquí conmigo; porque ellos son sabios en materia de la vida, del disfrute y de la risa. De que lo vivido no está en mis manuales. Y que el sistema del que somos hijos, mañana nos dará únicamente la espalda.

 "En mi interior, siendo totalmente sincero, pienso seriamente que ellos ahí afuera pueden tener razón. Presiento que alguno también, como yo acá, piensa de a ratos estar del lado equivocado mientras los oye bailar.

 "Sé que también, por el contrario, hay otros de aquí conmigo que están seguros de quedarse, porque repelen a los de afuera, y porque creen que mañana el sistema les devolverá con creces lo que hoy hacen. Yo no estoy en ese grupo, porque, en secreto, admiro su entereza de no preocuparles mas que la risa. De saber divertirse, de involucrarse entre ellos y disfrutar. Demuestran valentía y convicción. No como yo.

 "Lo que si sé, es que por más que quiera, no iré con ellos. Que me quedaré de este lado haciendo el sacrificio de oír a la responsabilidad. Y de ninguna manera porque confíe en el sistema al que sirvo, junto con los que están conmigo, si no únicamente alimentado por las ansias con que persigo mis sueños. Y eso me devuelve de inmediato la calma.


 "Y entonces, sin miedo, me acerco a la ventana y los miro bailar un momento. Ciertamente los envidio. Pero la fé en mi proyecto me inyecta secreta cordura en silencio. Mis incertidumbres seguirán cosquilleándome por dentro. Y sólo el tiempo dirá si llegará el día en que los roles se inviertan y las semillas den sus frutos, y allá sea tiempo de hambre, resaca y arrepentimiento.

 "O quizá no, y ellos puedan bailar felices por siempre mientras yo siga trabajando sin haber conocido los secretos que tantas alegrías les da. Sin haber disfrutado como ellos. Me bastará saber que he perseguido mis sueños.



                                                          -.-


 Para todos los "amargos" que nos quedamos en casa a estudiar, mientras todos se cagan de risa.
 Para todos los "giles" cargados de libros, sin amigos ni fiesta.
 Para todos los "cabezas" que no queremos probar lo bueno que se siente fumarse una seca.
 Para todos los que no sabemos "disfrutar la vida."
 Para todos los "moralistas fachos".
 Para todos, un abrazo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Jimi dijo:
Gallo, los que no queremos disfrutar una seca no somos cabeza... según ellos somos "caretas".

Nicolás Gallardo o "gallito" dijo...

Es verdad. Pa mi que vos sos uno! Jaja. Un abrazo.

Nicolás Gallardo o "gallito" dijo...

Digo, uno de ellos, no un careta.