viernes, 1 de julio de 2011

Así no se puede.

 _...porque lo que usted pide, señor mío, es un impedimento contra el simbolismo del sentir nacional. No se puede exigir lo que la Nación le dicta a uno. No entiendo en qué se basa el tipo de comportamiento que se pide en esta empresa. Yo no quiero importunarlo, señor jefe, pero conoce lo que significa el término "apátrida"? ¿El término "vendepatria"? ¿Los nombres "Domingo Faustino" no le dicen nada?

 _No... no entiendo de que habla, Giménez. Esto es sólo una entrevista de trabajo.



 _Que han habido varios que han querido acallar la tradición, ¿y que consiguieron? ¿qué lograron con eso? ¿No lo sabe? Yo se lo digo: aumentar el fervor criollo. ¡Es algo que nunca se podrá apagar!


 _Gímenez sientesé por favor. Si el puesto no le interesa, puede retirarse.


 _Es porque me interesa que le hablo, señor mío. Quiero pertenecer al grupo ejecutivo de Molinari SA, pero quiero hacerle notar también que nos encontramos en el interior del país. Esta es una zona estrictamente folclórica.


 _Vaya al grano, Giménez.


 _La barba, señor jefe. No me puede pedir que me la afeite. Qué es de un gaucho de corazón si le pide quitar el vello facial que portaron los antecesores que le regalaron a uno la Patria, tiñiendo de sangre los suelos. Es la única forma que puedo venerarlos. No le estoy pidiendo venir de alpargatas, o vestir corralera. Sólo conservar este oscurecimiento en la cara, propio de la peonada de donde vengo. Último símbolo de sabiduría, convicción y rebeldía. Sólo eso señor. Afeitarse es el aburguesamiento propiamente dicho, disculpemé.


 Molinari, que efectivamente no iba a contratar a Giménez al ver su aspecto al entrar a su despacho, calló un momento. Este hombre hablaba de corazón. Esa barba lo hacía sentir más argentino. Se llevó la mano al rostro y recordó que él también extrañaba la espesura azabache en sus mejillas.

 Se puso de pie y estrechó la mano de Giménez con una sonrisa.

 _Estaremos contentos de tenerlo en esta empresa señor.


 _No sabe cuánto se lo agradezco señor jefe. Lo veré el lunes.


 _Adiós Giménez.


 Giménez estaba a punto de abandonar el despacho, cuando una imagen le cruzó la mente.

 _Sólo una cosa más, señor jefe.


 _Digame no más, buen hombre.

 _Al llegar a este edificio, vi que la señorita de mesa de entrada escondía medio paquete de yerba debajo del escritorio. ¿A usted le parece...?

 _Está bien, Giménez. Mañana escribo la circular de que le está permitido tomar mate al personal.



 _"Matear" me gusta más.


 _Estará permitido matear, Giménez. No se preocupe. Buenas noches.


 _Buenas noches, señor jefe. 



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