domingo, 7 de marzo de 2010

Desilusión.

 Su belleza me cortó la piel al pasar, como el viento arisco del norte que pasa indiferente, pero implacable, entre los cerros en busca de otros horizontes.

 Su mirada me siguió un instante, pero continuó hablando con su compañera pasando detrás mío.

 Ni el ruido cotidiano del colectivo, ni mi corazón acelerándoce, casi galopando en el pecho, me dejaban escuchar; pero traté de centrar mi atención en sus palabras, esforzándome por no perderme nada.

 "_¿Escuchaste el nuevo tema de Daddy Yanquee para el mundial?
 _Si, pero no me gusta mucho el reggaeton, ¡es casi todo lo mismo!
 _Está re bueno. Pero, ¿y a vos que te gusta entonces?
 _Y de todo. El folclore me gusta bastante.
 _¿Folclore? ¡Es re de viejo eso!

  (Yo mientras escuchaba, ahora trataba con la mano de peinarme los pelos de la nuca que se me habían erizado de la grata sorpresa.)

 "_¿Y quien te gusta? a ver...
 _Que sé yo, hay muchos...

 Ella pensó un instante y yo me incorporé dispuesto a clavarle la mirada todo el viaje.

 "_Y la "Sole", Los Nocheros, Jorge Rojas. ¡Luciano Pereyra es lo mas! "Porque muero de ceeelooos..." ¡Temazo!

 Me largué del cole ahí no mas, dos paradas antes, recorrido en el que aproveché sacudirme la tierra de la caída; aunque en realidad, lo que querìa sacudirme era el polvo de la desilusión.
 ._

1 comentario:

Nicolás Gallardo o "gallito" dijo...

Oh... una persona me enteré que leyo éste y no lo entendió. Por las dudas, lo que quise decir es que lo que hacen los muertos ésos que menciono (Luciano Pereyra, etc.) no es para nada folclore. Puede llamarse música y hasta gustarle a alguien (!), pero mi indignación aparece cuando se los quiere incluir dentro del género.
No sólo porque no se respetan las estructuras vigentes (zamba, gato, chacarera), o siquiera la instrumentación competente (circunscripción a los instrumentos regionales, o sea, no bajo, bateria, sintetizador, aunque la cuestión merece discusión), si no porque el verdadero Folclore (y no "folKlore") data de una historia particular de músicos y escritores (hermanos Ávalos, Sixto Palavecino, por nombrar algunos) de una clasificación especial (folclore norteño - bailecito - carnavalito; santiagueño - chacarera; salteño -zamba;) que penetra tanto en las Raíces de la Tierra Argentina como en las almas de quienes amamos ésto. Lo que hicieron éstos tipos que menciono es crearse una fachada "gaucha" o folclórica sólo apuntando a otro tipo de target en sus movimientos marketineros. Luego no les importa venderse al mejor postor (como el Chaqueño la Sole y los Nocheros cantando la "Lambada"), demostrando que pasan por alto lo verdadero de la tradición. Quieren cantar, que canten. Pero no me vengan a decir que son "folcloristas" y se disfracen de gauchos. Queda ridículo.