Con esta emoción y estos nervios no pareciera que tengo sólo 12 años. Estoy totalmente involucrado en el juego, porque es nuestro primer partido y todavía (ilusos) creemos poder ganar. Jugamos contra los locales, quienes luego serían los campeones de esta copa del "International Handball Tournament, Itajaí (Brazil) 2002."
Su juego es algo que no conocíamos hasta entonces. Velocidad, dureza, violencia, fuerza. Y su grito caraterístico "¡¡¡Iiizooo!!!" (¡eso! en portugués) después de cada buena jugada hace retumbar el estadio y estremecer nuestros corazones de niño. (Ellos también eran niños, pero el arquero no más medía 1.90 mts)
Ganamos una pelota y salimos al contrataque. Ellos se pocisionan rápido en defensa y diez metros antes del arco me sorprende tener "la balón" en la mano. Busco de inmediato un pase salvador. No sólo todos están filosamente marcados si no que sus caras me dicen "¿que te pensás? a mi no me la des, yo también tengo miedo."
Resignación, miedo, desesperación. Pongo todo esos condimentos en este lanzamiento a ver que pasa. La fuerza (buena...) de la pelota y la mala dispocisión de la mano del arquero, hacen que se le doble el dedo con el tiro, y caiga al piso, gritando de dolor y agarrándose el meñique. Encima fué gol, y tuvo que pedir cambio.
Tomá de acá Goliath.
Pausa
Colegio San Alberto Magno. Stand del "Milagro de la Santa Duda."
Agustín Pizarro termina de recitar el poema con un firme último verso: "...tierra de peregrinos, Cataluña, Iborra."
La tensión rompe en aplauso, y la gente murmura elogios. Detrás de todos, estoy yo, también aplaudiendo.
De entre la gente se adelanta Fray Aníbal Fósbery con el objeto de hacer pública la felicitación. Agustín rechaza ser congratulado por las estrofas y me señala a mí como el autor. El Padre entonces se me acerca. Es la primera vez que estrecho su mano, y sólo atino a agradecer con una sonrisa a él y a los demás que se unen a decir cosas buenas sobre mi prosa.
Pausa.
Campamento "Tottus Tuus."
Noche. Silencio. Inmensidad. Mucho, muchísmo frío.
La arenga de Pablo ha sido especialmente emocionante para mí, que es la primera vez que escucho algo así. Larga una de las dos Acitvidades Mayores del campa, el "Ataque al Fortín." Más de veinte changos disputándose con alma vida y corazón una sola pelota de cuero, que representa todo lo que éllos aman; la Vieja, la Hermana, la Familia, la Patria, el Cielo Eterno.
Con Franco siempre haciéndome la segunda, logro llegar a quién la tiene. Después me enteré que era Lucho. En medio del inexplicable despelote, el tacto me revela que la tiene abajo de la remera. Con las manos, por más fuerza que haga, se me escapa. Ni pienso en estar siendo aplastado por todos mis camaradas, y atino sólo a tomar la ovalada con los dientes, poniendo la totalidad de los kilogramos-fuerza que posee mi mandíbula al Servicio de mi Sección. La saco de la montonera. La atrapa Monito.
Termina el tiempo: Gloria para nosotros.
Menciono que después Lucho, con un pie dislocado nos quita la pelota a nosotros, ganando después ellos y no estoy seguro, pero creo que nunca más ocurrió eso, dos victorias en un Fortin, en un campamento.
Pausa.
"Juegos Deportivos de la Juventud Trasandina," edición 2008. Arequipa. Perú.
Supongo que en cualquier ámbito siempre que haya un Argentina-Chile el clima va a ser especial. Éste combate (mío) de taekwondo en progreso no es la ecepción.
Mucha, muchísima gente me putea en chileno desde los costados del cuadrilátero, y a lo lejos, desde las gradas. Otra mucha gente corea mi nombre.
Luces, emoción, mi couch que reclama a los gritos un punto que no me marcan.
Más gritos, el despelote en creccendo.
Lo único que puedo pensar (capaz los 3 Red Bulls hacen interferencia en mis sinapsis) es, "que lo parió, como me duelen las patas." Me miro los empeines y efectivamente, muestran un verdeazulnegro que me hace sonreír. No me doy cuenta que el combate se ha reanudado. El antofagasteño se me viene al humo. Por inercia, cierro los ojos, salto hacia atrás y giro; y auque no le apunté, siento que mi talón se traba en algo duro. Después me enteré que fue su nuca.
El güevón cae. Los argentinos gritan. Se levanta. Los chilenos ahora gritan. Mareado vuelve a caer. Le dan el knockout. Todos los argentinos vuelven a gritar entrando al cuadrilátero. Y no me queda más que sumarme al cantito "chileno p*% la p*&; que te parioooó, chileno p*% la p*& que te parioooó..."
3 comentarios:
Después de leer varios de los escritos, se me hace imposible negar tu talento. Aunque no soy un tipo que lee, sabe sobre literatura, gramática o lo que sea... me doy cuenta que sabes escribir.
Los pocos que leí me cagaron de gusto y me incentivan a incentivarte. Seguí escribiendo.
Prometo pasar más seguido.
Teto G.
Aunque no soy un tipo que lee, que sepa de literatura, gramática, o de cualquier cosa referida a las letras, es imposible negar tu talento. Los pocos que leí me cagaron de gusto y no hacen más que incentivarme a incentivarte (si es que puedo). Seguí escribiendo. Prometo pasar más seguido.
Teto G.
Gracias Tetto. Bienvenido y trata de no sacar brazos ni piernas por las ventanillas. Quecorralabola.
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