El ocaso de los asadores.
La criollada se impacienta
ante la cruel privación.
Enfundado está el facón,
y la chaila está colgada.
la parrilla, limpia y guardada
ya sin restos de carbón.
la parrilla, limpia y guardada
ya sin restos de carbón.
Sobre la brasa silbante
ahora sólo está la pava,
cuando es hora e` la mateada.
Pero ni hablar de un buen asado
es que hay miseria en estos pagos
y nos han dejao` sin nada.
ahora sólo está la pava,
cuando es hora e` la mateada.
Pero ni hablar de un buen asado
es que hay miseria en estos pagos
y nos han dejao` sin nada.
Ha sido grande el robo
y es enorme la inflación,
no alcanza ni pa` el carbón,
y olvídese de un buen vino.
Nos privan de lo argentino,
matando a la tradición.
no alcanza ni pa` el carbón,
y olvídese de un buen vino.
Nos privan de lo argentino,
matando a la tradición.
Hoy las parrillas esperan
a morcillas que están ausentes.
Butifarras sólo en la mente,
chichulines en el recuerdo.
y amigo, los labios me muerdo
de pensar en esta suerte.
¿Y donde habrán los asadores
¿Y donde habrán los asadores
de demostrar su destreza?
Acomodando, ¡que belleza!,
el costillar junto al vacío;
disciplinando los chorizos,
sacando a punto la molleja.
Por la corrupción, ésta costumbre
hoy nos toca hacerla a un lado.
Tantos maulas, tanto afano
me dejan el corazón roto.
Y por lo menos que quede una foto
de lo que era un buen asado.
1 comentario:
Gracias a Dios todavía disfruto de los domingos de asado en la casa con la familia. Pero hasta cuándo durarán, es una pregunta sin respuesta definida. Ruego que no caduque, y sueño con que todos tengamos esa dicha cuando la ocación lo amerite y cuando simplemente se tengan ganas de masticar una pedazo de entraña o chupar un par de costillas como buenos argentinos.
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