martes, 18 de enero de 2011

Dos años.

 Que bueno que estas lágrimas mías y de mi vieja que cayeron a la par, hoy, dos años después de que nos dejaras, nos confirme que no te olvidamos ni un poco. 
 Lo mucho que te extrañamos es lo mucho que te quisimos.
 Un abrazo, viejo querido.


Para llegar a mi Tata.

Fue una fría mañana de enero
la que se lo llevó lejos.
Me dejó sólo frialdad y sombra.
Dejó también en mi boca un "te quiero."

Un "te quiero" quedó en la tuya
esperando para verme.
Un último abrazo que no nos dimos;
un "adiós," un "hasta siempre."

No hubo tiempo para ello,
pues el dolor nos apuraba.
Dios necesita ángeles.
La vida sigue su marcha.

Nunca más un sol claro;
nunca más un día perfecto.
No hay noches de cielo estrellado.
tu ausencia siempre filtrará invierno.

Un rincón del alma duele,
falta un pedacito del corazón;
y asi hasta que me llegue el ocaso,
y entonces verte de nuevo a vos.

Allí te cantaré una zamba,
te contaré como te he extrañado,
y nuestro abrazo será eterno.
Me retarás por haber llorado.

Pero hasta entonces, tu ausencia
y la tormenta de recuerdos,
el dolor en el silencio
y el añorar otros tiempos.

¡Te has ido Tata querido
para siempre de mi vida!
Me has dejado sólo éstos versos
y soledad con tu partida.

Yo de niño crecí creyendo
que más fuerte que vos no habría,
pero te ha vencido ayer
en su silencio, la Vida.

Para llegar a mi Tata,
hoy sólo tengo éstos versos,
esperando volverte a ver,
cuando nos reencontremos en los Cielos.

Con cariño tu hijo Nicolás Enrique Gallardo
Q.E.P.D. Carlos Enrique Gallardo 27/07/37 - 18/01/09

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