viernes, 30 de septiembre de 2011

Error de verano.

 Lo despertó sentir el sudor frío en todo el cuerpo. Los temblores causados por la gripe eran fuertes. La madre ya se había acostado y no estaba de buen humor.

 _Lisandro es la última vez que te digo que saqués a pasear a esos perros. ¡Apurate!

 Muy enojado, se sentó en la cama y decidió obedecer, únicamente para hacerla sentir culpable cuando lo viera tambalearse al salir de casa.

 Claro está que esa clase de pensamiento, en vez de avisar que se sentía mal, podía ser únicamente producto del delirio de la altísima fiebre.

 Se puso lo primero que encontró. Aunque afuera hubieran 30 grados, sentía el cuerpo helado. Se abrigó de pies a cabeza con capucha oscura, bufanda hasta la nariz y medias por encima de la botamanga.

 Dos enormes rottweilers caminando sin correa por la vereda requieren suma atención. Por ello los sacaba tarde, después de la medianoche, por lugares oscuros y poco transitados.

 Caminando sin firmeza por las calles del barrio no escuchó al patrullero que venía por detrás acercándose.

 Los policías lo llamaron haciendo sonar la sirena y con la linterna apuntándole a la nuca. Al darse vuelta, lo que los oficiales vieron fue a un encapuchado, sudoroso y desorientado. "Está drogado" pensaron.

 Antes de que empezaran a interrogarlo, Lisandro vió al pasar la imagen borrosa de uno de sus perros yéndose encima de un gato que pasaba. Instintivamente, sin pensar en lo que hacía, salió corriendo por detrás para detenerlo.

 Patrullando por las inmediaciones del barrio Santa Rosa, y habiendo tomado el aviso de dos transeúntes de haber sido asaltados a punta de pistola por un encapuchado de tez morena, los oficiales paran a un sospechoso con esas características y cuando se disponen a interrogarlo, éste se da a la huida sin atender a la voz de alto, acción por la cual, los efectivos se ven en obligación de usar el arma reglamentaria efectuando dos disparos certeros. Inmediatamente se solicita atención médica urgente y al llegar la ambulancia, médicos del Same 107 dictaminan la defunción del menor identificado luego como Lisandro M. de 15 años de edad.

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