Mi mirada se posa sobre la línea que atardece el poema.
El alma se me va haciendo horizonte cuando la recorro una y otra vez.
El humo tranquilo y el olor a yerba enmarca lo exquisito.
Volviendo un momento en mí, me pregunto si podré amar alguna vez con tanta pureza a una mujer como a este libro. Así, sin reproches, sin dudas, sin fatiga y sin rutina; poder volver a lo mismo y quedarme contemplando su hermosura dichoso, completo.
Repaso los dos versos una vez más, y cuando se me eriza la piel, sé que no han perdido su belleza.
"...quiero tu voz de río y de salitre
para el retumbo musical del clima."
para el retumbo musical del clima."
¿Cómo hace para acariciarme el espíritu cada vez?
Siento la sangre acelerar su marcha.
Y crepita en la tarde, serena la lluvia....
Siento la sangre acelerar su marcha.
Y crepita en la tarde, serena la lluvia....
2 comentarios:
Pinta copado tu blog, che! Leí poco pero me interesó. Otra vez pasaré con más tiempo.
Abrazo.
Nicovi!
Pinta copado tu blog, che! Leí poco pero me interesó. Otra vez pasaré con más tiempo.
Abrazo.
Nicovi!
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