viernes, 17 de junio de 2011

 Alberto Alabí es el rector de mi facultad. Un día, estando nosotros tomando mate en el patio, se acercó a charlar cálidamente. Aprovechó para invitarnos a la presentación de su libro.
 Fuí con pocas expectativas, pero entre que apenas llegué vi que había chancho y vino en jarra a granel y una buena banda, me sentí bien.
 Me sorprendió ver tanta gente. Las palabras de quienes lo introdujeron al escritor fueron excelentes. Se explicaba un poco el estilo del cuento presentado en cuestión y se leyeron unos pequeños fragmentos que me volaron la cabeza.
 Las palabras que me quedaron del exitoso literato fueron sencillas y las recuerdo así:
 "_Todas las personas que quiero están aquí esta noche, celebrando un producto intelectual" "_Cuando en otros lugares, las personas se están reuniendo en este momento para planear guerras" repuso el interlocutor de su mesa.
 "No se puede intentar hacer lo que no es propio de uno. Soy un colla con cara de camello (Alberto tiene más pinta de europeo que de otra cosa).

 En resumen, medio que me encendió un poquito más que nada el borgoña a perfecta temperatura; y al llegar a casa, antes de dormir, habiéndome cruzado con un referente pleno y con todo lo que ello implica, le quise escribir.
 

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