domingo, 22 de enero de 2012

"Don Segundo Sombra" de Ricardo Güiraldes...

... es el libro que todos los que nos sentimos a veces de cierta manera, encerrados tras muros de edificios, luces y pavimento debemos leer.

 "... y una luz de oro chorreaba de luz el campo."

 Está diseñado para los que sentimos en la tardecita, beber en cada mate los orígenes mismos de la patria, y el aroma del polvo de la yerba nos trasporta hacia esas inmensidades, sinónimos de libertad.

"El callejón, delante de mí, se tendía oscuro. El cielo, aún zarco de crepúsculo, reflejábase en los charcos de forma irregular o en el agua guardada por las profundas huellas de alguna carreta, en cuyo  surco tomaba aspecto de acero cuidadosamente recortado."


Para las almas sensibles de la belleza autóctona y la filosofía gaucha, descriptas con una excelente exactitud, sin perder nunca la humildad de su folclore.

"Atento a las lecciones, me hamacaba hacia atrás sobre mi pequeño banco con maquinal vaivén de cuna. Poco a poco las voces fueron siendo como pensamientos confusos del fogón en vías de apagarse, y sentía muy patente un pie, porque lo tenía pisado con el otro. Aquella presión de la alpargata me era agradable , y al imprimir a mi banco su lento balanceo, mi empeine sufría con placer el áspero contacto de la tosca suela de la soga."


Una hermosa novela escrita en primera persona que nos trae en cada párrafo las vivencias del un gauchito sensible que vive su juventud en el rigor y la belleza de los ejes de la tradición y la cultura argentina.

 "De un movimiento coincidente salimos sin necesidad de ser mandados. Las espuelas resonaron en coro, trazando en el suelo sus puntos suspensivos. La noche empezaba a desmayarse." "Íbamos juntando cansancio de a carnadas y apilándolo en nuestros nervios."


 La naturaleza de nuestra pampa, para algunos desconocida, para otros olvidada; presente en toda la obra, matizando la misma.

  "En la cañada croaron las ranas, quebrando el uniforme siseo de los grillos. Los chajás delataban nuestra presencia a intervalos perezosos. Los gajos verdes de nuestra leña silbaban, para reventar como lejanas bombas de romerías."


 La naturaleza de la patria en un librito. Así, sencillo y bello como lo es ella.

 "Como un río que va gozando su carrerita de olvido y comodidad."

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